El verdadero origen de Animum

David siempre ha sido un apasionado de la creación de nuevos proyectos y de comprometerse con ellos al máximo para llevarlos lo más lejos posible.

Mientras terminaba sus estudios sobre el año 2004, descubre el apasionante mundo de la animación 3D, una técnica ya utilizada en cine y videojuegos pero poco explorada a nivel empresarial por otros sectores como el de la publicidad.

Y tras investigar todo lo que existía sobre ello hasta el momento y aprovechando el auge de la promoción inmobiliaria, decide crear una productora de animación cuyos clientes principales eran agencias de publicidad y promotoras inmobiliarias, a la que llamaría Animum.

Una vez creada la idea, era el momento de formar el equipo.
Después de una búsqueda exhaustiva pero sin éxito entre muchos profesionales del sector, David se dio cuenta de que su equipo estaba mucho más cerca de lo que pensaba.

Así se sumaron Goretti, su mujer y Darío, su hermano, creando este pequeño equipo con el que iniciaron aquel viaje en 2005 con mucha incertidumbre pero con toda su confianza puesta en el proyecto desde el primer día.

La importancia de generar valor dentro de una empresa

El tiempo pasaba y el proyecto crecía gracias a los nuevos talentos que se iban incorporando y a los que David formaba dentro de Animum.

Todo parecía ir sobre ruedas: clientes satisfechos, producciones muy competitivas, gran ritmo de crecimiento…

Hasta que ocurrió algo que obligó al equipo a tomar una decisión que cambiaría radicalmente el rumbo de la empresa.Los trabajadores sintieron que ya habían exprimido al máximo todo lo que podían aprender de Animum y decidieron emprender sus propios proyectos de manera independiente.

Y esta fue, en palabras de David, la mejor lección que ha recibido nunca: hay que generar valor hacia fuera, pero sin olvidar generar valor para los que forman parte de la empresa.

Aquello ayudó a entender a David que no podía “construir sobre el aire” y que tenía que reforzar su propuesta.

Así que con la promesa de “vender futuro”, comenzó a impartir esa misma formación que antes ofrecía a sus trabajadores.

Algunos de sus alumnos se quedarían en Animum como parte del equipo de producción y otros muchos acabarían como profesores.

Animum no ha parado de crecer desde entonces

Lo que empezó siendo una pequeña escuela de animación malagueña se ha expandido por todo el mundo, ofreciendo formaciones en todas las disciplinas relacionadas con la industria de la animación.

Con más de 700 alumnos cada año y más de 150 profesores internacionales, ha sido nombrada la mejor escuela de animación 3D española y la 4º del Mundo por el ranking Rookies World School.

Sin ninguna duda, David ha conseguido hacer de Animum un proyecto realmente relevante y rentable, llegando a lugares que nunca habría imaginado.

Y lanza un mensaje para todos aquellos que quieren emprender: a veces podremos experimentar e intentar abrir nuevos caminos, pero en el momento en que los resultados no sean los esperados, debemos vencer el miedo a cortar con ello.

La clave está en seguir nuestra intuición pero sin perder jamás el foco en la meta que queremos alcanzar y la esencia de lo que un día empezamos a construir.